Estuve mucho tiempo intentando recordar un sueño bonito. Un sueño en el buen sentido de la palabra. Un deseo maravilloso que uno no se atreve a contar para que se cumpla. Pero no lo he conseguido y he sentido pena. Las cosas son como son y tal vez una pesadilla sea una forma de escapar del terror, de ese miedo que nos acompaña durante toda la vida. Tal vez una pesadilla sea una escapatoria.
Recuerdo un sueño que tuve cuando me quedé embarazada. Me veía por dentro. Mi cuerpo era como una medusa de una extraña transparencia. Los órganos se mezclaban unos con otros y después veía muchos tentáculos que flotaban en un mar con burbujas. Tenía la sensación de que por un momento, me convertía en el bebé que dormía en mi vientre y era como mi propia madre, final y principio en mí misma. Tengo que decir que aquellos días que rodearon a mi pesadilla, fueron una época muy dificil para mí y paradojas de la vida, la maternidad me salvó.