5.2.09






Uno, muchas veces, tiene la impresión de que muchas de las cosas que hace resultan inútiles. Nos encabezonamos en ver tan sólo el lado de la luna que nos interesa. Tal vez el secreto esté en cambiar la mirada, en hacer ese esfuerzo por detenernos en lo positivo. Recojo aquí un poema que me ha enviado una amiga como regalo, me ha gustado tanto que quiero compartirlo con vosotros.




Contemplo yo a mi vez la diferencia


entre el hombre y su sueño de más vida,


la solidez gremial de la injusticia,


la candidez azul de las palabras.


No hemos llegado lejos, pues con razón me dices


que no son suficientes las palabras


para hacernos más libres.


Te respondo


que todavía no sabemos


hasta cuándo o hasta dónde


puede llegar una palabra,


quién la recogerá ni de qué boca


con suficiente fe


para darle su forma verdadera.


Haber llevado el fuego un solo instante


razón nos da de la esperanza.


Pues más allá de nuestro sueño


las palabras, que no nos pertenecen,


se asocian como nubes


que un día el viento precipita


sobre la tierra


para cambiar, no inútilmente, el mundo




(José Àngel Valente)

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