Ayer terminé “Las flores del mal”. Era uno de aquellos libros que se pasan años en esa lista interminable de libros del deseo. Para los que “leer” se ha convertido en una forma de droga, saben muy bien lo que digo, conocen muy bien las torres de libros que se amontonan por cualquier rincón de la casa. No dejen de leer éste, la vida no es suficientemente larga para leer tanto y como yo agradezco que alguien me aconseje algún libro que le haya movilizado de verdad me atrevo a comentar éste.
La poesía se ha convertido en una de las constantes en mi vida. Siempre he preferido leer o escribir prosa, novela o cuento pero la poesía, en pequeñas dosis ha permanecido junto a mí acechante, como esperándome detrás de cualquier esquina mientras yo me movía por otros intereses. Desde hace un tiempo, decidí que tendré siempre un libro de poesía comenzado al lado de cualquier otro que esté leyendo, como el que lee el periódico cada día.
Así le tocó el turno a Baudelaire. He quedado maravillada. Siento a veces rabia de mi ignorancia, no tengo idea de francés y me da pena no poder disfrutar del libro en su idioma original, para apreciarlo en toda su dimensión. Pero, si con una traducción he llegado a disfrutar tanto qué hubiera sido poderlo leer en francés.
El autor sabe destilar la belleza del horror, del espanto, del miedo en definitiva del mal. Es increíble como uno llega a identificarse con sus palabras, como llegas a sentir esa extraña atracción por las cosas raras.
Aquí os dejo uno de los poemas del libro…
El reloj
Reloj! Dios espantoso, siniestro e impasible,
La poesía se ha convertido en una de las constantes en mi vida. Siempre he preferido leer o escribir prosa, novela o cuento pero la poesía, en pequeñas dosis ha permanecido junto a mí acechante, como esperándome detrás de cualquier esquina mientras yo me movía por otros intereses. Desde hace un tiempo, decidí que tendré siempre un libro de poesía comenzado al lado de cualquier otro que esté leyendo, como el que lee el periódico cada día.
Así le tocó el turno a Baudelaire. He quedado maravillada. Siento a veces rabia de mi ignorancia, no tengo idea de francés y me da pena no poder disfrutar del libro en su idioma original, para apreciarlo en toda su dimensión. Pero, si con una traducción he llegado a disfrutar tanto qué hubiera sido poderlo leer en francés.
El autor sabe destilar la belleza del horror, del espanto, del miedo en definitiva del mal. Es increíble como uno llega a identificarse con sus palabras, como llegas a sentir esa extraña atracción por las cosas raras.
Aquí os dejo uno de los poemas del libro…
El reloj
Reloj! Dios espantoso, siniestro e impasible,
Cuyo dedo amenaza, diciéndonos "¡recuerda!"
Los vibrantes dolores en tu asustado pecho,
Como en una diana pronto se clavarán;
El placer vaporoso huirá hacia el horizonte
Como escapa una sílfide detrás del bastidor;
Arranca cada instante un trozo de delicia
Concedida a los hombres en su época mejor.
Tres mil seiscientas veces cada hora, el Segundo
Susurra "¡Acuérdate!" -Con voz vertiginosa
De insecto, Ahora dice: "¡Heme otra vez aquí
Ya succioné tu vida con mi trompa asquerosa!"
¡Remember! ¡Esto memor! ¡Pródigo, Acuérdate!
(Mi garganta metálica toda lengua conoce)
Ganga son los minutos, ¡oh, alocado mortal!
Y no hay que abandonarlos sin extraer su oro.
Acuérdate: es el tiempo un tenaz jugador
Que sin trampas te vence en cada envite. Es ley.
Decrece el día, la noche se aproxima; ¡recuerda!
Es voraz el abismo, se vacía la clepsidra.
Pronto sonará la hora en que el divino Azar,
O la augusta Virtud, tu aún intacta esposa,
O el arrepentimiento (¡Oh, esa posada última!)
Todo te dirá "¡Es tarde! ¡Muere, viejo cobarde!"
Charles Baudelaire
Charles Baudelaire
1 comentario:
Una reverencia ante este poeta maldito que ha iluminado la más negra humanidad en cada uno. Me alegra que te empapes de poesía, creo que es muy terapéutica aunque en ocasiones dolorosa. El dolor está dentro nuestro, es sólo que ella lo pone al descubierto. Y eso en sí es un acto poderosísimo y maravilloso.
Abrazos
musa
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