Es la historia de un viaje. El protagonista es Harold Fry, un hombre sencillo, jubilado que vive al sur de Inglaterra. El viaje se plantea como un acto de fe para salvar a una antigua amiga y compañera de trabajo que está enferma de cáncer e internada en una residencia del norte. Este peregrinaje moderno de casi 1000 kilómetros, se convierte en un viaje interior para enfrentarse a sus propios miedos. El protagonista conoce a mucha gente en su camino y recuerda su pasado. Busca respuestas, quiere averiguar por qué ha llegado a la situación en la que está. La relación con su mujer y su hijo es un desastre. Sus traumas no le dejan recomponer su vida.
La escritora, actriz y guionista británica me ha sorprendido con la sencillez de la novela y de su prosa. Te lleva a una lectura rápida. Me ha gustado. No es un libro de muchas pretensiones, más bien al contrario. Se revela como una novela espejo, de esas que consiguen recoger en su reflejo la vida, el tejido humano lleno de pequeños detalles que se van entrelazando de una manera que sin darnos cuenta, nos tienden una trampa. Es una novela entrañable que vale la pena leer.
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