22.5.08

Ellos

(foto: José Angel Izquierdo)
Te lo dije. Te lo he dicho miles de veces. Ellos están a punto de alcanzarme. Creo que esta vez sí que van a por mí. Hay demasiada oscuridad aquí dentro. No sé por qué todos dicen que ésta es tu casa. La casa de Dios. Por eso he venido hasta aquí para comprobar si así me escuchas ¿No estás en todas partes? En fin, en todo caso es como una oficina, gestión de los pedidos y salida de productos ¿Qué debo ser yo un proveedor o un cliente? Esa señora me manda callar. Me mira con malos ojos ¿La habrán enviado ellos? Espero que me escuches porque no puedo hablar más alto, deben estar cerca ¿Por qué has esperado tanto? ¿Por qué no los has eliminado? ¿Qué significa todo poderoso en tu idioma? Si es que hablas alguno. Te lo he pedido tantas veces. La gente dice que me invento las cosas. Nadie se cree que ellos están en todas partes, que son capaces de hacer cualquier cosa. Yo no sé cómo son pero sé que están ahí, los siento, los puedo oler, siento su presencia omnipotente. Tal vez se escondan bajo cualquier forma, incluso bajo la forma de esta señora que no para de mirarme. Sé que ellos dictan sus leyes. Sé que se creen en posesión de la verdad absoluta. Son los transformadores del mundo. Dominan la energía y las fuerzas que lo mueven. Señora no me mire así. Todos están ciegos. Se mueven tan sólo ante lo que les da una prueba, y yo nunca las he necesitado. Sólo tengo fuerzas para llorar. Me siento impotente. Me duele la boca de explicar a todo el mundo el peligro que corremos. Por eso ellos quieren eliminarme a mí primero. Seguro que nos espera un juicio final, un juicio en el que no valdrán excusas, no valdrán atenuantes, ya no valdrá hacer oídos sordos. Bien dicen que es tan culpable el que hace, como el que consiente ¿Eres tú de esos? No me gustan las velas. No entiendo a cuento de qué la gente enciende las velas. Las velas chorrean lágrimas que se hacen sólidas. No entiendo por qué no haces nada ¿Por qué guardas silencio? ¿No piensas decir nada? Nunca me gustaron las iglesias, huelen a cera y a muertos, a fantasmas, a tristeza. Huelen a ellos. Huelen a…Señora deje de mirarme así, no puedo soportar que me mire así. Grito porque me da la gana, grito porque nadie es capaz de decir lo que hay que decir, porque todo es mentira, porque el mundo es una invención de ellos, y ahora lo veo claro. Señora, que sí, que ya salgo, dígale…o mejor no le diga nada, que él también es como ellos.

4 comentarios:

malditas musas dijo...

Qué monólogo interior más interesante. Bien construído, bien dibujado en pocas líneas el personaje.

Lo disfruté mucho, mi amiga.

Abrazos,
musa

Buddy Silverton dijo...

Texto sugerente y muy bueno el remate de la frase final.

Vas mejorando. Sigue así y no te preocupes porque te lleve tiempo, yo también progreso lentamente con mi música. Aunque no aspiro a ser Charlie Parker, si espero algún día dominar con cierta soltura la serpiente de metal de mi saxo.

En fin, voy a vigilar que King no se pelee con Lionel.

Un abrazo M.J.

Anónimo dijo...

coincido plenamente con Buddy, el final muy bueno. Aunque te diga poco te leo siempre.

Respecto a la foto de Buddy...¿Qué tenías aquí 25 añitos? De eso hace mucho Buddy jaja.

letras de arena dijo...

Musa, gracias por tus palabras.
Buddy, siempre se agradece la presencia de un músico como tú por estas playas. No seas modesto que tú tocas muy bien.
Jazzcondelirium,se agradece mucho. Yo también intento seguir vuestra música aunque a veces es un verdadero peligro, (me divierto mucho).
Besos