“Nadie resiste la audición de su propia voz, a menudo no la reconocemos y es que la voz separada de su origen, instaura siempre una especie de extraña familiaridad(…) La voz es el signo del tiempo(…) al ser la sustancia simbólica de la vida humana, hay siempre en su origen un grito y en su final un silencio; entre esos dos momentos se desarrolla el tiempo frágil de una palabra.”
(Recogido de: El susurro del lenguaje. Mas allá de la palabra y la escritura. De Roland Barthes)
(Recogido de: El susurro del lenguaje. Mas allá de la palabra y la escritura. De Roland Barthes)
¿Es por esa extrañeza ante la propia voz que al escritor le cuesta encontrarla para escribir lo que siente? ¿Se tratará de encontrarse uno así mismo?
2 comentarios:
La voz que nos sale de las tripas, a esa tememos, de ella viene todo lo que deseamos...
besos
musa
Que interesante reflexión sobre la propia voz. El tema es apasionante, en cuanto a su relación con la Palabra, ese rasgo que nos convierte en humanos.
Un abrazo y gracias por tu visita.
Gabriel
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