17.7.12

TÉ FRÍO




Era tarde para tomar té. Dicen que quita el sueño. Herví agua. Vertí el líquido y contemplé como el vapor huía. Soporté la taza entre las manos hasta que no pude más. La abandoné en la cocina y fui al dormitorio.
Me acerqué pero ella dormía. Acaricié sus pechos que me miraban desnudos asomando por su blusa. Ella gruñió, abrió los ojos y se dio la vuelta.
Sabía que era el último intento. Volví a por el té pero ya estaba demasiado frío.
Cerré la puerta de la casa tras de mí y no volví a verla.

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